martes, 10 de diciembre de 2013

Hipnosis

De vuelta a casa, Mauro camina taciturno junto a su mujer, Sandra.
Hace frío y ambos llevan sus abrigos abrochados hasta arriba, gruesas bufandas y gorros de lana. Apenas les asoman los ojos entre la ropa.
-¿Crees que la terapia me está yendo bien? –Pregunta Mauro.
-Espero que sí, porque está resultando cara –observa Sandra.
-Pues yo sigo teniendo ganas de fumar…
-El doctor Fernández dice que estás haciendo grandes progresos (pizza).
Mauro se detiene de golpe, se pone a la pata coja y ladra, mirando con ojillos de incomprensión a su mujer.
-¡Mauro, deja de hacer el tonto y camina, por favor! –Ríe ella.
-Pero…
Una señora pasa por su lado y mira a Mauro con incredulidad. Aprieta un poco el paso hasta que les adelanta. La pareja ve cómo la señora ladea la cabeza y sigue caminando aún más deprisa.
Mauro recupera la compostura y vuelven a caminar. Pasan por delante de una cafetería atestada, de aspecto acogedor.
-¿Quieres tomar un café? –Pregunta Mauro.
-Pizza –dice ella, y, acto seguido, Mauro se pone a la pata coja y vuelve a ladrar.
Sandra ríe malévolamente.
-Oye, ¿qué tratos estás teniendo tú con el tal Fernández? –Espeta Mauro.
En vez de contestar, Sandra esboza una sonrisa perversa que Mauro no ve por culpa de la bufanda.

-Macarrones –ordena ella…

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